FRANCIA.- ( AGENCIALAVOZ.COM ) El ejercicio de Fumar equivale a la humillación de someterse a una felación contra la propia voluntad. Al menos, es cuanto se desprende de la campaña antitabaco promovida por la beligerante asociación Derechos de los no Fumadores (DNF).
Pretendían sus miembros remover las conciencias y, cuanto menos, han removido las aguas. Tomando como referencia la imagen de un chico y de una chica –ambos rubios, de ojos azules y joven- que aparecen constreñidos a rebajarse delante de una bragueta.
En lugar del viril atributo masculino, aparece un cigarrillo. Y un eslogan: "Fumar es ser esclavo del tabaco", puede leerse en los carteles que empapelan los espacios públicos de París. Especialmente los bares, las discotecas y los espacios de alterne.
No se trata de una campaña de Estado, sino de una iniciativa sectorial que ha escandalizado a partes iguales a las asociaciones familiares, a las feministas y a diferentes personalidades políticas. Unas y otras lamentan la demonización del sexo y la gratuidad de la asociación entre felación y sometimiento, aunque el presidente de la DNF se enorgullece del resultado.
"Nuestra idea está muy bien captada", explica Gérard Audurueau. "Pretendíamos demostrar que el tabaco es una sumisión. Pues bien, ¿qué mejor ejemplo de sumisión en el imaginario colectivo que una felación obligada?".
No satisface la explicación a la asociación Familias de Francia. Sus abogados van a recurrir a la autoridad francesa que regula la publicidad para retirarla de los escaparates. "Nos parece lamentable que una campaña de concienciación pase por malinterpretar el sexo", objetaba Crhistiane Terry a propósito de los carteles que ya decoran París.
La DNF legitima su estrategia tanto como recuerda el incremento en el consumo de tabaco que se ha experimentado en Francia. Los fumadores consumieron un 2,6% más de tabaco en 2009 que en 2008.
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