ESPAÑA-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Una mujer española de 26 años sufrió un aborto, fue a hacerse atender al hospital más cercano y no la quisieron antender: en vez, la mandaron a otro centro médico, al que tuvo que trasladarse en su propio auto.
El hospital público del Tajo de Aranjuez, ubicado en el centro de España, derivó a la paciente a un centro médico en Toledo, con todo y los restos del bebé que acababa de perder metidos en un recipiente transparente. Según denunció la Asociación Defensor del Paciente, la mujer tuvo que manejar su propio auto en esas condiciones, informó hoy el sitio español 20 Minutos.
La mujer llegó al hospital público en la noche del sábado pasado con un fuerte sangrado y dolor intenso en la panza. Como había pasado por tres amenazas de aborto espontáneo en sólo siete semanas y dos días, sufre hipertiroidismo y talasemia minor (poca producción de hemoglobina en sangre), la mujer acudió de inmediato al centro médico.
La mujer fue atendida en la guardia del hospital, donde una médica ginecóloga la examinó, le diagnosticó un aborto incompleto y le extrajo los restos de tejidos de la bolsa del feto, que fueron "enseñados a la paciente mientras sigue tumbada en la camilla", tal como fue expuesto en el comunicado de la asociación.
"Posteriormente, le son entregados en un balde con formol, para que sean entregados en el hospital de su zona para analizarlos. Sin más es dada de alta, con la excusa de que al pertenecer a otra comunidad no se le puede ingresar en dicho hospital", estableció el comunicado. Entonces, la mujer tuvo que manejar su propio auto a un hospital a 50 kilómetros.
El hospital público del Tajo de Aranjuez, ubicado en el centro de España, derivó a la paciente a un centro médico en Toledo, con todo y los restos del bebé que acababa de perder metidos en un recipiente transparente. Según denunció la Asociación Defensor del Paciente, la mujer tuvo que manejar su propio auto en esas condiciones, informó hoy el sitio español 20 Minutos.
La mujer llegó al hospital público en la noche del sábado pasado con un fuerte sangrado y dolor intenso en la panza. Como había pasado por tres amenazas de aborto espontáneo en sólo siete semanas y dos días, sufre hipertiroidismo y talasemia minor (poca producción de hemoglobina en sangre), la mujer acudió de inmediato al centro médico.
La mujer fue atendida en la guardia del hospital, donde una médica ginecóloga la examinó, le diagnosticó un aborto incompleto y le extrajo los restos de tejidos de la bolsa del feto, que fueron "enseñados a la paciente mientras sigue tumbada en la camilla", tal como fue expuesto en el comunicado de la asociación.
"Posteriormente, le son entregados en un balde con formol, para que sean entregados en el hospital de su zona para analizarlos. Sin más es dada de alta, con la excusa de que al pertenecer a otra comunidad no se le puede ingresar en dicho hospital", estableció el comunicado. Entonces, la mujer tuvo que manejar su propio auto a un hospital a 50 kilómetros.
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