CIUDAD DEL VATICANO -. ( AGENCIALAVOZ.ORG ) El Vaticano justificó el jueves enérgicamente su decisión de no apartar del sacerdocio a un religioso estadounidense acusado de vejar a unos 200 niños sordos en Wisconsin y denunció lo que calificó como una campaña para calumniar al papa Benedicto XVI y sus asistentes.
El diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, dijo que no había ningún encubrimiento y denunció lo que calificó como "una intención clara y despreciable" de atacar al pontífice "a cualquier costo".
A mediados de la década de 1990, dos obispos estadounidenses instaron a la oficina del Vaticano dirigida por el entonces cardenal Joseph Ratzinger -hoy papa Benedicto XVI- a que les permitiera efectuar un juicio canónico contra un sacerdote acusado de vejar a unos 200 niños sordos en Wisconsin, pero el Vaticano ordenó detener el proceso, según documentos de la Iglesia católica y el estado vaticano.
Los obispos admitieron que habían pasado muchos años después de los supuestos abusos, pero sostuvieron que la comunidad de sordos en Milwaukee reclamaba justicia a la Iglesia.
Pese a las denuncias graves, el lugarteniente de Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe falló en ese entonces que las supuestas irregularidades habían ocurrido hacía mucho tiempo y que el acusado, el sacerdote Lawrence Murphy -en ese entonces anciano y enfermo-, debía arrepentirse y ser impedido de celebrar misa fuera de su diócesis.
Ese dignatario, el cardenal Tarcisio Bertone -hoy secretario de estado del Vaticano- ordenó parar el juicio canónico después que Murphy escribió una carta a Ratzinger diciéndole que estaba enfermo y "sencillamente deseo vivir el tiempo que me queda en la dignidad de mi sacerdocio".
El diario New York Times publicó la noticia el jueves, agravando un escándalo sobre el modo en que el Vaticano en general y Benedicto XVI en particular, manejaron los casos de denuncias de abusos de menores por parte de religiosos.
También el jueves, un grupo de víctimas de abusos suministró la documentación a la prensa frente al Vaticano, donde sus miembros ofrecieron una conferencia de prensa para denunciar el manejo del caso por parte de Ratzinger.
Posteriormente, la policía italiana detuvo durante dos horas y media a cuatro estadounidenses víctimas de abusos porque no tenían autorización para la conferencia de prensa y sugirieron que contratasen un abogado en el caso de que un juez decidiera formular cargos, dijeron.
"Pasamos más tiempo en la estación policial que el padre Murphy en toda su vida", dijo Peter Isley, director de la Red de Sobrevivientes de Abusados por Sacerdotes, SNAP por sus siglas en inglés. El grupo tiene su sede en Milwaukee.
"El objetivo del cardenal Ratzinger, hoy papa Benedicto XVI, era mantener esto en secreto", agregó.
"Este es el caso más indiscutido posible de pederastia", dijo Isely, flanqueado por fotos de otras víctimas de abusos y una foto de Ratzinger. "Debemos saber por qué él (Ratzinger) no nos dejó saber sobre él (Murphy) y por qué no dejó que la policía lo supiera y por qué no lo condenó y por qué no le quitó el sacerdocio".
El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, emitió una declaración en la que dijo que el caso sólo había llegado al Vaticano en 1996, que Murphy murió dos años después y que no hubo nada en el manejo de la cuestión por parte de la Iglesia que impidiese una acción civil contra el acusado.
Murphy trabajó en la Escuela San Juan para los sordos en St. Francis de 1950 a 1975 y murió en 1998
0 comentarios:
Publicar un comentario