EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Una persona recibió un balazo en la cabeza, otras 25 resultaron heridas y 88 fueron detenidas en un enfrentamiento el jueves entre policías y seguidores del derrocado presidente Manuel Zelaya.
Mientras tanto el mandatario depuesto se reunió en Managua con el embajador estadounidense en Tegucigalpa Hugo Llorens.
Mientras tanto el mandatario depuesto se reunió en Managua con el embajador estadounidense en Tegucigalpa Hugo Llorens.
"Nos reunimos para tratar nuestros esfuerzos para que el orden constitucional regrese a Honduras [porque Washington] apoya el esfuerzo del presidente [costarricense Oscar] Arias para llegar a una solución pacífica'', dijo al salir de la entrevista el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Nicaragua Richard Sanders.
Llorens afirmó que "es un placer ver otra vez al presidente Zelaya, a quien reconoce Estados Unidos''. Según Lorens, el Gobierno del presidente Zelaya, "es el que Estados Unidos reconoce''.
En Honduras, la policía dispersó con gases lacrimógenos a unos 2,000 manifestantes que bloqueaban una de las carreteras principales de ingreso al norte de esta capital. Lo mismo hizo en otros once puntos del territorio nacional.
"El herido en Tegucigalpa se llama Roger Vallejo, tiene un disparo en la cabeza'', dijo a la AP el vocero de la policía Daniel Molina, que aclaró que "la bala provino de los manifestantes''.
Desde Nicaragua, Zelaya anunció que intentará regresar en los próximos días a Tegucigalpa acompañado de un "ejército popular'' de seguidores, con el aval del gobierno nicaragüense de Daniel Ortega, según reportó la Agencia France Presse.
"En los próximos días, yo quiero regresar a Tegucigalpa, es cierto, con un acuerdo político. Pero quiero regresar porque el pueblo ganó la batalla'', anunció Zelaya la noche del miércoles en Nicaragua, ante cientos de partidarios reunidos en la ciudad fronteriza de Ocotal, al norte de Managua.
Alrededor de 300 hondureños, la mayoría hombres de origen campesino, se encuentran asentados en Ocotal en apoyo a Zelaya, quien busca para ellos la protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Este será "el ejército del pueblo, el ejército que cuidará al presidente de la República'', insistió ZElaya a sus correligionarios, a quienes prometió recompensarlos cuando recupere el poder.
Por su parte, Arias dijo en Costa Rica que recibió una llamada de Micheletti, quien le pidió solicitar al ex presidente del BID Enrique Iglesias ir a Honduras a conocer la situación de primera mano y persuadir a algunos grupos de poder para que acepten una salida negociada al conflicto.
Arias dijo que si Iglesias acepta tendría que encontrarse con varios sectores, "pero fundamentalmente con empresarios que están apoyando [a Micheletti] y que han sido muy reticentes a considerar la posibilidad de que el presidente Zelaya sea restituido''.
En la jornada, un ex funcionario hondureño dijo que Micheletti ha retirado su rechazo a la posibilidad de que Zelaya vuelva a la presidencia, pero quiere concesiones para tranquilizar a los empresarios reticentes.
Micheletti dijo a Arias que la puerta estaba abierta para la restitución de Zelaya, informó el ex funcionario, quien solicitó permanecer en el anonimato por no tener autorización para divulgar los detalles de una conversación privada.
La fuente dijo que habló el miércoles con Micheletti.
El Congreso hondureño postergó hasta el lunes debatir la amnistía política para Zelaya y el gobierno de facto está intentando convencer a líderes empresariales sobre la posibilidad del retorno del mandatario depuesto.
"Nos estamos reuniendo con líderes de grupos sociales para lograr un consenso y adoptar en tres días una resolución conjunta sobre el tema [de la amnistía]'', según el diputado del opositor Partido Nacional, Antonio Rivera.
La posibilidad que Zelaya retorne bajo una amnistía y, más aún, que reasuma la presidencia es repudiada por diversos sectores en Honduras.
Micheletti pidió en un comunicado al gobierno estadounidense que apoye los esfuerzos de mediación emprendidos por Arias y criticó las últimas medidas tomadas por Washington para sancionar a Honduras.
"Pase lo que pase, lo peor que puede hacer Estados Unidos es imponer sanciones comerciales que afectarían a los más pobres'', añadió.
En los días posteriores al golpe, Estados Unidos anunció que suspendería unos 180 millones de dólares en programas de ayuda, mientras que la Unión Europea suspendió 93 millones de dólares en asistencia. Una parte importante de esa ayuda está dedicada directamente a financiar el presupuesto del gobierno.
El departamento de estado estadounidense aumentó la presión el martes al revocar las visas diplomáticas que gozaban el ministro de Defensa, el comisionado de derechos humanos, el presidente del congreso y el magistrado de la Corte Suprema de Justicia que firmó el 26 de junio la orden de arresto para Zelaya.
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