EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) La decisión el viernes de Mel Martínez --el primer senador cubanoamericano-- de renunciar a su cargo 17 meses antes de lo previsto, culmina una histórica aunque incompleta carrera, al mismo tiempo que le brinda al gobernador Charlie Crist una oportunidad única para escoger un sucesor temporal, cuando él también aspira al puesto.
"Mis prioridades han sido siempre mi fe, mi familia y mi país, y en esta etapa de mi vida, después de casi 12 años de servicio público en la Florida y Washington, he decidido que ya era hora de regresar a la Florida y a mi familia'', afirmó el senador a sus partidarios reunidos el viernes en Orlando tras un vuelo desde Washington, D.C., donde Martínez les comunicó a sus empleados su repentina, aunque durante largo tiempo esperada, decisión.
Martínez, de 62 años, quien en diciembre dijo que no buscaría ser reelegido en el 2010, pero que en repetidas ocasiones rechazó los rumores de que renunciaría más temprano de lo previsto, declaró: "No hay ninguna razón en particular. No son más que mis deseos de continuar adelante con el resto de mi vida''.
Martínez, que vino de Cuba cuando era niño, y a menudo utilizó los salones del Senado para pronunciar apasionados discursos en los que criticó duramente el regimen de La Habana, aseguró que "continuará esa pasión de toda su vida''.
Su decisión llega en un momento en que el panorama político del estado es dinámico, con cinco contiendas estatales, entre ellas la del escaño en el Senado, tres puestos del gabinete, y una batalla por el cargo de gobernador. La situación le da a Crist --que deberá nombrar a alguien para que termine el período de Martínez-- una oportunidad para dejar su huella en el Senado en un momento en que el propio gobernador es el principal candidato para el cargo.
Crist, que goza de un reconocimiento estatal y ha recaudado $4.3 millones para la contienda, se enfrenta a un rival de consideración en el ex presidente de la Cámara de la Florida, Marco Rubio. Por su parte, el representante Kendrick Meek, demócrata de Miami, es el principal candidato para la nominación demócrata.
Crist negó los rumores de que se nombraría a sí mismo para el escaño del Senado que Martínez deja vacante, y también rechazó las especulaciones de que tenía una lista de posibles aspirantes al puesto.
"Quiero asegurarles a mis queridos floridanos que seguiremos un proceso exhaustivo y cuidadoso para encontrar a la persona ideal'', dijo.
Entre los nombres potenciales aparecen el ex secretario de Estado Jim Smith, el ex gobernador Bob Martínez, el ex representante E. Clay Shaw y el ex senador Connie Mack.
La elección de Crist ayudará a definir su imagen pública durante la campaña del 2010. Bajo una fuerte presión por parte de los conservadores, Crist se opuso a la nominación de Sonia Sotomayor a la Corte Suprema de Estados Unidos, y ha suavizado su apoyo a las iniciativas para cambiar el clima. Estas presiones políticas podrían hacer que algunos conservadores como los ex legisladores Dan Webster y Allen Bense se sumen a ls lista de las figuras que podrían sustituir a Martínez.
Recientemente Rubio criticó a Crist, a quien con anterioridad había censurado por apoyar el estímulo económico de $787,000 millones del presidente Obama.
"La Florida se merece un senador interino que vaya a Washington y siga de cerca los esfuerzos del presidente Obama para obtener más gastos gubernamentales para el cuidado de la salud a cargo del gobierno y comercio'', dijo Rubio.
También se está barajando para el cargo al ex jefe de despacho de Crist y el ex subprocurador general George LeMieux.
Martínez realmente nunca pareció disfrutar del ambiente combativo de Washington, aunque fue popular entre sus colegas y trabajó junto al otro senador de la Florida, el senador demócrata Bill Nelson, para controlar los esfuerzos de instalar plataformas petroleras cerca de las costas del estado.
Ex alcalde del Condado Orange, Martínez fue seleccionado en el 2004 por el presidente George W. Bush para aspirar por un puesto en el Senado.
Bush le dio al carismático líder hispano la oportunidad de contar su relato de la extraordinaria oportunidad que tiene un inmigrante al llegar a Estados Unidos en la Convención Nacional Republicana del 2004.
Pero Martínez, cuyo nombramiento dio lugar a una rechifla de la base conservadora republicana, dejó el puesto menos de un año después:
"Es alguien a quien reclutaron para aspirar, no alguien que planea una carrera política durante años'', dijo el ex ayudante suyo Kirk Fordham.
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