jueves, 8 de octubre de 2009

Hispanos enfrentan arresto, desempleo y pobreza


GREENVILLE, Carolina del Sur -. ( AGENCIALAVOZ.COM ) A un año de la redada de inmigración más grande de las Carolinas en la planta avícola Columbia Farms, los hispanos de esta localidad siguen enfrentando necesidades, desempleo, confusión y miedo.


Recuerdo amargo
"Ha sido el año más difícil para los hispanos de Greenville. Siguen asustados, no hay trabajo, apenas sobreviven, y las autoridades son más estrictas con ellos", dijo a Efe Jesús Gallegos, pastor del Ministerio Hispano de la Iglesia Presbiteriana John Calvin.

La vida en centros de detención
El 7 de octubre de 2008, decenas de agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) allanaron la pollera en Greenville, subsidiaria de la empresa House of Raeford, por la supuesta presencia de trabajadores sin documentos migratorios.Los uniformados rodearon las cercanías de la planta e inclusive un helicóptero sobrevoló el lugar donde se bloquearon todas las salidas para evitar que los inmigrantes escaparan.

Cambios en prisiones para indocumentados
Proceso de deportaciónUnos 330 trabajadores, de México y Guatemala, fueron detenidos por ser indocumentados, de los cuales 87 -74 mujeres y 13 hombres- salieron horas después libres por "razones humanitarias", pero con monitores electrónicos en los tobillos.ICE trasladó a los hombres y mujeres a los centros de detención respectivos en el vecino estado de Georgia para comenzar el proceso de deportación.

Influencia de redadas en el Censo
"No estábamos listos para enfrentar la crisis humanitaria que se generó en la comunidad y que todavía pasamos. Al principio cubrimos las necesidades básicas de las familias, asistencia legal, pero el dinero se acabó, y ahora hay poca ayuda", señaló a Efe Adela Mendoza, coordinadora de la Alianza para la Colaboración con la Comunidad Hispana.Pobreza en aumentoSegún Amy Shelly, abogada de inmigración, que coordinó el grupo de voluntarios legales, los detenidos y sus familiares pensaron que sería un "proceso corto", pero en algunos casos ha sido largo y complicado."Muchos se fueron con salida voluntaria, algunos han desaparecido y otros siguen luchando, pero como no pueden trabajar, se les hace difícil cubrir los gastos de comida, ropa, y vivienda", enfatizó Shelly.El grupo de voluntarios de la entidad que coordina Mendoza continúa organizando el reparto de comida y jornadas informativas a los ex -trabajadores de la pollera que todavía permanecen en Greenville."No sabemos exactamente cuántas de las 80 familias que inicialmente asistimos quedan. En parte lo más difícil ha sido localizarlos", acotó Mendoza.


"Me siento amarrada"

En una entrega de comida realizada el pasado sábado en la iglesia John Calvin, la guatemalteca Manuela Sebastián, que por 2 años deshuesó muslos de pollo en Columbia Farms, recordó lo que ha sido de su vida tras ser detenida el año pasado por ICE."Sigo aquí cumpliendo con mis cortes (audiencias) de inmigración y tengo un año antes que me deporte, pero me siento amarrada por el dispositivo en la pierna", comentó Sebastián.Su esposo, Gaspar Francisco, que no fue sorprendido en la redada, contó que lo más difícil ha sido juntar para el pago de la renta y dar de comer a sus hijos."Ahora revisan más papeles por la ley migratoria estatal cuando buscamos trabajo. Tampoco se consigue mucho por la crisis económica", apuntó el hispano.


Planean regreso

Para María Juana Francisco, que tenía 3 meses de embarazo cuando inmigración la detuvo en la pollera trabajando sin papeles, sólo le queda reunir el dinero para sacar el pasaporte americano de su hija y los pasajes de regreso para Guatemala.La joven madre, que no habla español sino el dialecto guatemalteco Chuj, afirma sentirse "abandonada y olvidada" por las autoridades de su Gobierno.Según María Sebastián, una joven de 19 años que ha sido la intérprete del grupo de detenidos guatemaltecos, lo más doloroso del último año es "ver cómo la gente de mi propia raza sufre y pasa necesidades para buscar comida y un techo donde vivir".Por su parte, el voluntario del grupo, Juan González, considera que los padres y madres de los inmigrantes enfrentan un dilema muy complicado para decidir el futuro educativo de sus hijos porque saben que "aquí tienen mayores oportunidades".


Patronos en líos

La redada de ICE también trajo problemas legales para Columbia Farm, de propiedad de House of Raeford, cuyas plantas en las Carolinas y Louisiana emplean a 6,000 personas, y generan ganancias del orden de los $600 millones al año.Un jurado federal determinó el 14 de julio de 2009 que había suficientes pruebas de que los dueños de la procesadora de pollos y pavos en Greenville estaban al tanto que sus gerentes empleaban indocumentados.Dos de los administradores de Columbia Farm enfrentan actualmente cargos federales por emplear a personas sin documentos porque "no se quejaban de las condiciones laborales por miedo a la deportación".También la fuerza laboral actual de la planta cambió de ser el 80 por ciento hispana a un 70 por ciento afroamericana.Sin embargo, una investigación reciente del gobierno de Carolina del Sur concluyó que la pollera no infringió leyes estatales en el reporte de accidentes laborales y a la hora de prestar asistencia médica a sus trabajadores.

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