EE.UU-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) En el pasado, las reuniones de los hondureños en Miami por lo general eran manifestaciones discretas que pedían reformas a las leyes de inmigración y recaudaciones de caridad.
Pero la separación del poder a la fuerza, respaldada por los militares, del presidente hondureño Manuel Zelaya el domingo galvanizó a los hondureños que viven en Estados Unidos.
Pero la separación del poder a la fuerza, respaldada por los militares, del presidente hondureño Manuel Zelaya el domingo galvanizó a los hondureños que viven en Estados Unidos.
"Somos un grupo fuerte en el sur de la Florida y nuestra voz debe apagar toda la negatividad que se está diseminando'', dijo Francisco Portillo, presidente del grupo Francisco Morazán, que ayuda a los inmigrantes hondureños en muchas cosas, desde llenar documentos de inmigración hasta inscribirse para votar.
En el sur de la Florida hay una de las poblaciones hondureñas más numerosas de Estados Unidos: 49,200 hondureños viven en Miami-Dade según los cálculos del 2007, y hay otros 4,000 en Broward.
En su mayoría vinieron durante los años 80, huyendo de la pobreza y agitación política que agobiaba a países vecinos centroamericanos como El Salvador y Nicaragua.
Otra ola de inmigrantes siguió en 1998 después del huracán Mitch, que acabó con la infraestructura del país y cuyos efectos todavía son visibles. Fue debido a Mitch que muchos hondureños pudieron quedarse en Estados Unidos con la ayuda de un estatus temporal.
La mayoría se asentó en comunidades obreras como La Pequeña Habana, Allapattah y Hialeah. Sus influencias se ven especialmente en segmentos de la Calle Ocho y Flagler, donde tiendas y restaurantes hondureños llevan carteles con la bandera azul y blanca de Honduras.
Fue en restaurantes como Los Paisanos, en 824 W. Flagler St., que los hondureños se enteraban de las últimas noticias por CNN en Español durante del almuerzo.
"Todos estamos entusiasmados'', dijo Mauricio Andino, quien vino hace 15 años de Tegucigalpa. ‘‘Somos un pequeño país que demuestra al mundo que no toleraremos el comunismo y que no nos dejaremos intimidar por nada de lo que esos otros comunistas tengan que decir sobre nosotros''.
Durante la presidencia del presidente Manuel Zelaya, mientras estrechaba sus relaciones con otros líderes latinoamericanos de izquierda como el presidente venezolano Hugo Chávez, muchos en la comunidad hondureña del sur de la Florida comenzaron a establecer paralelos entre las dos mayores comunidades exiladas del sur de la Florida: cubanos y venezolanos.
"Una vez que vi cómo se estaba amigando con Chávez y con Castro, me preocupé de que nos llevaría por el mismo camino de miseria'', dijo Rosmery Alonzo Roques mientras almorzaba en Los Paisanos. "Hay demasiada pobreza en el país para que ande viajando todo el tiempo para fotografiarse con Chávez y con Fidel Castro. Se debía haber preocupado por su propio pueblo''.
Incluso en una marcha celebrada el lunes por la tarde en Coral Way, junto a la bandera de Honduras se agitaban banderas cubanas, mientras numerosos exiliados cubanos expresaban su apoyo por la manera en que las fuerzas armadas de Honduras manejaron la separación de Zelaya del poder.
"Yo estoy aquí para apoyar a mis hermanos hondureños porque ellos hicieron lo que los cubanos debieron hacerle a Fidel Castro hace mucho tiempo'', dijo el exiliado cubano Sergio Ríos, quien cargaba sobre el hombro una gran bandera cubana.
"Ellos se aseguraron de romper cualquier vínculo con el comunismo. Ojalá que otros sigan su ejemplo''.
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