HONDURAS-. ( AGENCIALAVOZ.COM ) El presidente hondureño Manuel Zelaya inició este viernes la distribución de material para realizar una consulta el domingo que aspira a abrir el camino a su reelección, pese a la oposición del legislativo, que durante la madrugada incluso evaluó destituirlo.
Zelaya sigue firme en su decisión de realizar la encuesta el domingo. Este viernes dijo en cadena de radio y televisión que comenzaba la distribución del material para derarrollar la encuesta -foco del conflicto- a pesar de la resistencia de los militares.
El Congreso Nacional -con respaldo de las cuatro bancadas- aprobó la noche del jueves crear una comisión especial para investigar la actuación del presidente, por ignorar los fallos de las instancias jurisdiccionales y violentar el Estado de Derecho.
Varias fuentes confirmaron que en la sesión extraordinaria se barajó la posibilidad de inhabilitar a Zelaya y que el presidente del Congreso, Roberto Micheletti, asumiera la presidencia. "Hemos hecho los esfuerzos para no romper el orden constitucional y evitar un golpe de Estado'', reconoció después Micheletti.
"Las dos bancadas de los partidos Liberal (oficialista) y Nacional (opositor) estaban decididas a declarar inhabilitado al presidente, pero recibieron llamadas no sé de quién y desistieron. Pero ese era el plan'', afirmó la diputada del izquierdista partido Unificación Democrática (UD), Doris Gutiérrez, a la AFP.
"El plan era que, al declararse inhabilitado a Zelaya, Micheletti iba a asumir la presidencia y ya estaban repartiendo otros cargos'', agregó.
En el hemiciclo legislativo circularon varias versiones respecto a la frustación de los planes, "como llamadas de la OEA, de la misma secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, del presidente del Partido Nacional, Porfirio Lobo. Ya uno no hallaba qué creer'', dijo.
Zelaya busca modificar la Constitución para permitir la reelección presidencial, pero la iniciativa fue declarada "ilegal'' por el Tribunal Supremo de Elecciones, el Congreso y la Fiscalía. Además, es rechazada por la mayoría de las organizaciones sociales.
El jueves, tras conocer la decisión del resto de los poderes del Estado, Zelaya -en abierto desafío- forzó junto a centenares de seguidores los portones de la base aérea. Posteriormente cargó las urnas -llegadas en un avión procedente de Venezuela- para trasladarlas a la Casa Presidencial, único lugar, según él, donde iban a estar seguras.
El Consejo Permanente de la OEA convocó este viernes a una sesión extraordinaria sobre la crisis hondureña.
"No quisiera juzgar, hay un problema... cuando hay un conflicto entre poderes hay que tratar primero de dirimirlo con el diálogo y consenso'', dijo el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
El miércoles el mandatario destituyó al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vásquez, por negarse a distribuir las urnas para la encuesta. Pero la Corte Suprema de Justicia ordenó su restitución porque la negativa del militar está amparada en un fallo judicial.
Zelaya quiere saber si cuenta con la luz verde de los ciudadanos para instalar una cuarta urna en las elecciones del 29 de noviembre, en la que se consultaría establecer una asamblea que redacte una nueva Constitución en la que se permita la reelección presidencial o se amplíe el periodo de gobierno.
Este viernes la calma regresaba a las calles hondureñas, en particular las de la capital, que el jueves fueron tomadas por unas horas por militares descontentos con la destitución del general Vásquez.
La Asociación Hondureña de Instituciones Bancarias (AHIBA) y las organizaciones empresariales, así como la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) anunciaron que reaundarán las actividades este viernes, tras la suspensión anunciada el jueves.
Zelaya, un terrateniente y empresario amante de los caballos y los aviones, llegó al poder el 27 de enero de 2006 con el conservador Partido Liberal (PL), tras lo cual dio un espectacular giro a la izquierda, sumando a Honduras a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA)
Ahora que termina su presidencia de cuatro años el 27 de enero, argumenta que los cambios constitucionales que busca son para que "la democracia no esté en manos de unos pocos'', aunque no menciona el tema de la reelección, a lo que se oponen las fuerzas políticas.
Estos días ha recibido el respaldo de la mayoría de los miembros del ALBA, con el presidente venezolano Hugo Chávez a la cabeza, y también del líder cubano Fidel Castro.
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